Un celular iluminado en la penumbra. Dos jóvenes y su abuela lesionadas, sentadas en un espacio angosto entre paredes colapsadas y desechos. El clip, filmado el sábado por una de las jóvenes atrapadas, captura desde dentro el encierro obligado en los escombros del edificio Sky Villa, que se derrumbó tras el sismo de magnitud 7,7 que afectó el centro-norte de Myanmar el viernes anterior.
Las fotos exhiben el interior del colapso: trozos de muros, vigas rotas y cables descolgados. Una de las niñas golpea los restos y clama por ayuda. Al fondo se oyen otros individuos, apenas perceptibles, desde el otro lado de las ruinas.
La abuela llega con la cara y la vestimenta manchadas de sangre. La cámara la captura mientras permanece sentada en el pequeño lugar que comparten con las jóvenes. A pesar de las lesiones y la vulnerabilidad, no se interrumpe el registro. La cámara continúa operando.
En una de las grabaciones, se observa a una de las adolescentes grabándose a sí misma, a su hermana y a su abuela al fondo. No se escucha nada. Solo las imágenes: el confinamiento, la espera, el polvo, el calor.
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