Londres, 20 junio, (batalladeideas.com).- La presencia de wifi en aeropuertos y vuelos se ha transformado en una conveniencia para los viajeros, pero también ha creado una oportunidad para los ciberdelincuentes. ESET, compañía de ciberseguridad, alerta sobre el riesgo de unirse a redes públicas peligrosas, en particular en un entorno tan confiable como el de un avión.
La Policía Federal Australiana (AFP) llevó a cabo uno de los casos más notables al detener a un individuo que colocaba redes wifi fraudulentas (copias de las oficiales) para vigilar a los pasajeros en vuelos y terminales nacionales.
Los agresores establecen lo que se denomina “gemelo malvado”, una red trampa cuyo nombre es bastante parecido al original, para confundir a los viajeros. Al iniciar sesión, el usuario lleva a cabo un “logueo” que requiere información personal como correos electrónicos o credenciales de redes sociales.
Esa información se almacena para luego investigar correos, imágenes o cuentas bancarias. En el caso de la AFP, se confiscaron laptops, dispositivos portátiles y teléfonos móviles utilizados para reunir esa información en diversos vuelos en Australia.
Cómo operan las redes wifi «gemelo malvado» en aviones
Estas redes fraudulentas imitan la autenticación, dirigiendo al usuario a un sitio web donde se le solicita introducir información sensible. El criminal, al manipularlas, tiene acceso a estos datos de inmediato.
En los aeropuertos de Perth, Melbourne y Adelaida, así como en vuelos nacionales, los usuarios fueron víctimas de engaños por redes denominadas “Free wifi” con pequeñas variaciones en el nombre de la conexión auténtica.
Riesgos vinculados y prácticas recomendadas
De acuerdo con el área de delitos cibernéticos de la AFP, ninguna red pública debería solicitar datos personales. ESET sugiere evitar navegar en contenido que necesite contraseña, interrumpir el acceso a servicios bancarios y utilizar VPN para encriptar la conexión. Asimismo, subraya la relevancia de desactivar la conexión automática y borrar las redes wifi al terminar el viaje.
EL ARAGUEÑO/BDI