La economía de Estados Unidos se encuentra algo inestable en estos momentos.
La confianza del consumidor está cayendo, la carga de la deuda crece, las personas se preocupan más por su empleo y, por precaución, están disminuyendo ciertos gastos.
Sin embargo, a pesar de que los cimientos generales que sostienen al consumidor siguen siendo robustos, los peligros han crecido de manera considerable.
La elevada inflación y las altas tasas de interés han aumentado la vulnerabilidad de los consumidores, volviéndolos más propensos en un período donde la total imprevisibilidad de las políticas de la administración Trump —con aranceles significativos que se anticipa generen un aumento en los precios— está desacelerando los planes de gasto e inversión.
“Los consumidores observan señales malas para la economía”, escribió Chris Rupkey, economista jefe de FwdBonds, el viernes anterior tras la publicación de dos informes económicos importantes que mostraron un escenario sombrío para los consumidores en Estados Unidos.
El Departamento de Comercio comunicó que el gasto del consumidor, una vez ajustado por inflación, creció únicamente un 0,1% en febrero, ya que los ciudadanos estadounidenses fortalecieron sus ahorros, mientras que una encuesta separada reveló que la confianza del consumidor cayó un 12% en marzo.
«Y aunque no siempre acierten, si no vuelven a gastar, esta última percepción negativa sobre la confianza se hará una realidad», añadió Rupkey.
El consumo de los hogares representa más de dos tercios de la actividad económica nacional; así que, si ese motor falla, las repercusiones económicas pueden empezar a aumentar.
Con Informacion de CNN EE.UU.