Alteraciones en el gabinete muestran divisiones serias. La influencia de Benedetti y la reconfiguración de las lealtades producen dudas sobre el futuro político del Gobierno.
Aunque su dimisión parecía una elección independiente, la partida de Laura Sarabia del Ministerio de Relaciones Exteriores sugirió una serie de movimientos internos que, más que ser casualidad, delinean un patrón significativo en el entorno más próximo al presidente Gustavo Petro.
No fue únicamente un cambio más en la estructura gubernamental, sino un indicio que apuntó a la reestructuración de lealtades y balances en el Ejecutivo.
En el contexto de las tensiones internas del Gobierno, la figura del ministro del Interior, Armando Benedetti, se ha convertido en un foco de conflicto permanente. A pesar de que, oficialmente, no estuvo relacionado con la renuncia de Sarabia, sus desacuerdos con ella eran ampliamente reconocidos. La exministra nunca miró con agrado la incorporación de Benedetti al núcleo operativo del Gobierno, y esa desconfianza no era única.
Varios funcionarios cruciales, que sentían la misma incomodidad con su promoción, también acabaron fuera del Ejecutivo. Una tras otra, sin muchas aclaraciones, pero con un mismo escenario de fondo, la afirmación del poder en torno a personalidades que desagradan, pero que persisten.
Con Informacion de INFOBAE.
