Un hombre de 34 años de edad confesó haber abusado sexualmente y forzado a una adolescente a vender servicios sexuales a cambio de comida, alojamiento y ropa limpia en Long Island (Nueva York, EEUU).
La persona involucrada es Javesh Persaud, admitió su responsabilidad en los delitos de explotación sexual y de llevar a una mujer de 18 años a Long Island para obligarla a tener relaciones sexuales.
Raymond A. Tierney, el fiscal de distrito del condado Suffolk, explicó que el acusado conoció a la adolescente en julio de 2023 a través de Omegle, una plataforma en línea que ya ha sido desactivada, donde los usuarios eran emparejados en sesiones de chat individuales aleatorias.
Según el informe de Daily News, la joven no contaba con un lugar de residencia y pasaba la noche en el sistema de transporte subterráneo de la ciudad de Nueva York, en Manhattan.
Tras afirmar que él solía ayudar a personas sin hogar, Persaud le proporcionó comida, ropa limpia, un espacio para ducharse y dormir a la víctima.
El individuo la recogió en Nueva York y la trasladó a un estacionamiento en Shirley, su localidad al oeste de Manhattan.
Violencia física dirigida hacia la joven.
Al día siguiente, el individuo comenzó a forzar a la joven a tener sexo con desconocidos como forma de pago por el alojamiento y la comida que le ofrecía.
No obstante, Persaud supuestamente la abofeteó y la amenazó con un cuchillo cuando ella se negó a obedecer.
Los fiscales afirmaron que la víctima continuó participando en actos sexuales para beneficiar a Persaud a pesar de estar aterrada.
Las autoridades explicaron que el individuo también se tornó agresivo físicamente con la víctima al obligarla a tener relaciones sexuales con él.
Los hechos se prolongaron por más de dos meses.
El día 1 de septiembre de 2023 la persona afectada logró contactar a las autoridades. Poco después de eso, la policía del condado Suffolk detuvo a Persaud.
El viernes pasado, el acusado admitió su responsabilidad en varios delitos, incluyendo tráfico sexual, facilitación de la prostitución y coerción para actos sexuales ilegales.
Podría ser condenado a 12 años de cárcel, seguidos de 20 años de vigilancia después de ser puesto en libertad.
